Con mal tiempo y con el peso de la crisis a sus espaldas, El Palacio de los Deportes abre sus puertas, esta vez para acoger un espectáculo diferente; moda, arte, música y gente, mucha gente.
El plan es perfecto, paseo entre los diferentes puestos de artesenías, algunas compras, actividades para todos los públicos, como bodypainitng para niños o conciertos de reggae y flamenco-rap y una muestra excelente de gastronomía típica balear.